Guía de Estudio de Filosofía
FILOSOFÍA ANTIGUA
¿Qué es el conocimiento? O ¿Cómo conocemos?
Son dos preguntas que han mantenido en vela a la filosofía desde la época
antigua. Luego de que los presocráticos se apoderaran de la naturaleza para
empezar el conocimiento científico, la curiosidad del hombre lo hizo mirarse a
sí mismo y cuestionarse sus propios procesos. La pregunta por el conocimiento
es una inquietud que intenta dilucidar mucho más que el mecanismo de adquirir
conocimiento, busca saber el orden de la realidad y como ese orden nos afecta,
como se manifiesta en la persona y como repercute en su desarrollo personal.
Preguntar por el conocimiento es cuestionar un proceso inmenso de comprensión
de la realidad.
A este cuestionamiento sobre el
conocimiento responden principalmente cuatro teorías, que se destacan por su
valor argumentativo y la influencia que han marcado en la historia del hombre.
EL IDEALISMO DE PLATÓN
Platón fue uno de los más importantes
discípulos de Sócrates, él se encargo de registrar en sus diálogos
las ideas que caracterizaron a su maestro, pero como buen estudiante no tardo
en superarlo. Platón elaboro una de las teorías más complejas de la filosofía
que a la vez forma parte de la tradición cultural clásica
y funda
las bases para todas las teorías venideras entorno al
idealismo.
Esta teoría explica que el
conocimiento verdadero no es posible (escéptico) por qué lo que conocemos es un
engaño, la sombra de un mundo verdadero lejano a nuestra realidad.
Platón planteo la posibilidad de
que la realidad que conocemos con nuestros sentidos no sea la única realidad
existente, es más, de forma paralela a este mundo existiría un mundo dueño de
todas las verdades y hogar de dioses. Este mundo superior, Platón lo llama
mundo de las ideas. Pero si este mundo
de verdades es a la vez el mundo verdadero, ¿en qué mundo vivimos los humanos?
Según Platón este
mundo sensible que
está compuesto por materia y es conocido por los sentidos es una copia o una
sombrar del otro mundo, el mundo verdadero
. Platón
llega a esta conclusión al percatase de que sus
sentidos lo engañan, como por ejemplo cuando mira el horizonte en
un día de calor y ve agua, o cuando sueña y no sabe si ya ha despertado. Estas
evidencias le dieron a entender al filósofo que algo malo había en su cuerpo
humano, tomando en cuenta también el hecho de que el cuerpo humano es una
estructura que está sometida a diversos cambios a lo largo de su existencia (nacimiento,
desarrollo, madurez, vejes, enfermedades, embarazos, etc.) y más aun tiene un
final anunciado del que no puede escapar, la muerte. Frente a estos hechos
Platón no podía concebir que esto fuera lo más bueno que existiera, pues
consideraba que en el hombre existía algo muy superior a su naturaleza
material, algo que provenía de una realidad distinta, que el llamo mundo ideal.
Esta naturaleza superior se reflejaba en el pensamiento y en los razonamientos,
como por ejemplo en las matemáticas.
Los seres que habitan el mundo de
las ideas tienen características distintas a los entes materiales del mundo
sensibles, son de tres tipos: alma,
ideas o conceptos y dioses, todos comparten la eternidad, la inmortalidad, el ser
imperecederos, verdaderos, únicos y
perfectos.
El alma es lo que hace al hombre ser hombre, es su
esencia, el cuerpo sin alma no sería
más que un cadáver. El alma que definitivamente no pertenece al mundo sensible
sino que al mundo de las ideas, ha caído a este mundo por un accidente, y ha quedado
prisionera del cuerpo. Según Platón el alma en el cuerpo es como un pájaro en
una jaula de oro, el cuerpo puede ser la mejor jaula con los mejores lujos pero
aun así sigue siendo una cárcel para el alma. La misión del alma en este mundo
es perfeccionarse, es posible comparar el alma con la mente por lo tanto
perfeccionar el alma no es nada más que el perfeccionamiento de la mente y esto
se lograba por medio de la filosofía. El alma debía ser capaz de perfeccionarse
por medio de la
episteme,
para que al momento de volver al mundo de las ideas pudiera permanecer en él y
no volver al mundo sensible, para lograr esto no debe dejarse corromper por el
cuerpo tampoco debe caer seducida por todos los placeres carnales y mucho menos
por la
doxa.
Las ideas que habitan el mundo verdadero, son lo que actualmente
conocemos como concepto o por lo
menos podemos compararlo con estos, ya que las ideas dan formar a las cosas que
habitan en el mundo sensible. Las ideas son únicas y perfectas esto quiere
decir que solo existe una idea de lápiz, una idea de mesa, una idea de ser
humano, etc., y esa idea única se proyecta sobre las cosas materiales otorgándoles
significado, se distribuye en todos los objetos que cumplan con las
características para poder ser alcanzados por la idea. Cuando el alma habita en
el mundo de las ideas participa de todas las ideas que existen en la realidad,
es decir lo conoce todo, pero cuando el alma cae al mundo por accidente olvida
todo lo que ya conocía, quedando el vestigio de esos conocimientos en algún
recóndito lugar de alma. Platón dice que cuando una persona ha conocido algo lo
que sucede realmente es que ha recordado parte de las verdades que ya conocía y
había olvidado tras su accidental caída, esto es la reminiscencia; conocer es recordar.
Los dioses de los que habla Platón son, al igual como lo planteaban
los presocráticos, dioses ordenadores u organizadores del mundo, un dios
arquitecto el cual diseño pero no creo. Reconoce como ente superior a la idea
de Bien, idea que le entrega el orden moral al mundo.
En resumen Platón plantea la existencia de dos mundos; un mundo
sensible y un mundo de las ideas, en el cual habitan las ideas verdaderas o
conceptos, las almas y los dioses. El alma ha caído al mundo por un accidente y
al quedar prisionera del cuerpo ha olvidado todas las verdades que ya conocía,
por lo tanto debe aplicar la reminiscencia. Todos los habitantes del mundo de
las ideas son seres inmortales, por lo tanto al morir el cuerpo el alma regresa
al lugar desde donde provino, pero tiene prohibido apurar este ciclo (con
suicidios) pues debe ser capaz de regresar a su origen con la sabiduría que le
entrega el proceso de habitar en un mundo falso. Deberá esforzarse por recordar
las verdades del mundo perfecto, y no dejarse seducir por los placeres carnales
del mundo sensible.
EL REALISMO DE ARISTÓTELES
La filosofía de Platón también
atrajo muchos discípulos, pero su más destacado aprendiz fue también su más
grande detractor, estamos hablando de Aristóteles,
el cual aparte de dedicarse a la filosofía también realizo importantes
investigaciones en las matemáticas, biología, física entre otros, y estableció
las bases de la lógica las cuales se mantienen hasta el día de hoy. Aristóteles
contradice a su maestro en casi todos sus postulados, primero considera que el
conocimiento si es posible (dogmatico) ya que solo existiría un mundo que se
puede conocer por medio de los sentidos y esa sería la única verdad existente.
La realidad está compuesta por un
solo mundo, pues no hay evidencia de la existencia de un mundo superior. El
propone que lo único que podemos conocer es lo que nos proporcionan nuestros
sentidos, considera que el hombre es una tabula raza, o como dirá también el
empirismo un papel en blanco en el cual se imprimen los conocimientos que
adquirimos tras la experiencia. Para Aristóteles y toda la teoría realista, los
sentidos son parte fundamental del conocimiento y sin ellos no podríamos llevar
a cabo este proceso. Este único mundo sensible estaría compuesto por seres que
dejan en evidencia su existencia en nuestros sentidos, es decir los podemos
ver, oler, sentir, oír e incluso saborear. Aristóteles desarrolla dos
especialidades y les atribuye el estudio de la realidad. 1. La filosofía que se encargaría de estudiar el ser en cuento es, es decir se
encargaría de estudiar la esencia o existencia misma de cada uno de estos seres
que habitan el mundo, y 2. la metafísica, que se encargaría de
estudiar aquellas cosas que escapan a los sentidos y hacen directa referencia a
la razón o al ser puro.
En base lo anterior Aristóteles
reconoce tres tipos de seres que
habitan el mundo sensible: los seres
dependientes, los independientes y los absolutos. Los seres dependientes son aquellos que a pesar de tener existencia
depende de otros seres, como por ejemplo los colores, los olores, sabores,
ruidos, etc. Los seres independientes
son aquellos que no dependen de ningún otro para su existencia, es decir son por
sí solos como por ejemplo el árbol, el hombre, una casa, etc. Si bien todos
estos seres necesitaron de otro para iniciar su existencia no lo necesitan para
mantenerla. Y los seres absolutos
son aquellos que no dependen de ningún otro ser y que tampoco fueron originados
por ningún otro, este ser absoluto seria el motor inmóvil o dios. El motor inmóvil es la idea de dios que
propone Aristóteles, el plantea que el mundo entero es movido por un motor que
permite el correcto funcionamiento de todo, pero este motor que todo lo mueve tiene
una característica especial, es un motor que no es movido o iniciado por nadie
o nada, es decir es absoluto él solo se basta a sí mismo para darle movimiento
al mundo. Es un motor inmóvil, todo lo mueve pero nada lo mueve a él.
A su vez todos los seres que
habitan el mundo ya sea dependientes, independientes o absolutos están
constituidos en distintos grados
por dos
compuestos;
materia (lo físico) y
forma (el alma o esencia).
La materia es el componente físico del
ser; la carne y los huesos en el caso del hombre o la madera en el caso de una
silla. Y
la forma es el componente
que, tal como lo dice su nombre, da forma a la materia. Los huesos y la carne
sin la forma nunca serán un ser humano y la madera sin la forma jamás será una
silla. Lo mismo pasa en el caso contrario, la forma sin la materia no es nada.
Es por esto que podemos asimilar la forma con el alma de Platón o la esencia,
pues tiene que ver con lo que es realmente la cosa en cuestión, pero a
diferencia de lo planteado por Platón la forma de las cosas es particular, la
forma de la mesa “X” no es y no será en ninguno de los caso la misma forma de
la mesa “Y”, porque al igual que la materia de las cosas es particular y
diferente, la forma tiene las mismas características. Pero la materia por sí
sola no puede dar los rasgos físicos de las cosas, pues toda la materia tiene
la misma naturaleza, es decir toda proviene desde el mismo lugar y está
compuesta por los mismo elementos (los átomos dirán algunos filósofos), lo que
la diferencia, lo que hace que cierta materia sea madera y la otra sea carne y
huesos son los accidentes.
Los
accidentes son las características físicas que sufre la materia, su
composición, color, olor, posición, tamaño, etc. y unen a los seres
dependientes con los independientes, es decir por un accidente la casa es roja
o por un accidente mi timbre de voz es agudo. Otra característica de los seres
que habitan la realidad es su capacidad de mantenerse en
acto y
potencia.
Acto es la capacidad de realizarse en
el momento es decir el presente del objeto, y
potencia es la capacidad de poder realizarse en el futuro, son
todas las posibilidades que tiene el objeto (posibilidad de estar en otro
lugar, de cambiar de color, en el caso de las personas posibilidad de crecer,
de estudiar, etc.). Los seres absolutos son los únicos que carecerían de
potencia y se encontrarían siempre en acto, ya que al ser absolutos sus
posibilidades de cambiar mejorar o empeorar son nulas.
Por otro lado la Metafísica (después de lo físico) se encargara del estudio de
aquellas áreas que se alejan de los físico internándose en lo que le incumbe a
la razón y explican el funcionamiento del mundo. Según este filosofo los
acontecimientos del mundo son una consecución de causas y efectos, y bajo
esa lógica cualquier elemento o ser que se desee estudiar respondería a esta secuencia,
es decir tendría a su andar una consecución de hechos. Esta serie de hechos
explicarían la constitución de las cosas, por esto creo un método que le
permitiría saber que es la cosa realmente. El método consistía en averiguar las
causas (causa-efecto) fundamentales de las cosa para luego formular una idea
respecto a ellas, para lograr esto el filósofo pronuncio cuatro preguntas que
apuntaban a develar las 4 causa del
objeto en cuestión. La primera pregunta era ¿Qué es? La cual intentaba dilucidar la causa formal del objeto, la segunda pregunta ¿de que esta hecho? Intentaba aclara cual era la causa material del objeto, la tercera pregunta ¿Cuál es su origen o desde donde viene?
Se preguntaba por la causa eficiente
del objeto y la pregunta final ¿hacia
dónde va o cual es su finalidad? Apunta a saber cuál es su causa final. Estas cuatro preguntas
permitían dilucidar las cuatro causas que explicarían cualquier objeto que quisiéramos
investigar.
Aristóteles en su intento de
encontrar los fundamentos de la realidad encontró los fundamentos de la lógica,
por medio de estos explica los primeros
principios que ordenan este mundo, son tres; el primer principio es el de identidad (A es igual A) es decir que un objeto
es y solo puede ser ese mismo objeto. El segundo es el principio de negación o no contradicción (A no es igual a B) es
decir que un objeto no puede ser algo diferente a sus posibilidades. Y el
tercer es el principio del tercer
excluido (A mas B es igual AB o A mas B no es igual C) es decir la
combinación de dos objetos no puede producir un tercer elemento, solo es la
unión de ambos. Este último principio se ha puesto en duda desde su formulación.
Sin duda las formulaciones de Aristóteles escapan y se contraponen a
los pensamientos de su maestro Platón, en resumen el realismo plantea a la
filosofía como la ciencia encargada de estudiar el mundo y los seres que lo
habitan. Siendo este mundo sensible el único existente, habitado por tres tipos
de seres; dependientes, independientes y absolutos, que a su vez están
conformados por materia y forma, acto y potencia. Además de la filosofía se
presenta a la metafísica como el saber encargado de las cosas que están más
allá de lo físico aquellos principios y causas que explicarían el orden y
formulación del mundo y las cosas que habitan en él.
FILOSOFÍA MODERNA
La época moderna (siglo XV en
adelante) se caracteriza por ser un tiempo de profundos cambios y crisis en la
humanidad. Grandes descubrimientos y sucesos marcan el origen de este periodo
entre ellos cabe mencionar el renacimiento, humanismo, la invención de la
imprenta y el descubrimiento de América. Todos estos y otros hechos, apuntan a
la superación y preocupación del y por ingenio humano. El hombre de esta época
se encuentra en crisis, ha visto cambiar el mundo y no sabe que creer, en quien
confiar, ni mucho menos con qué criterio observar el mundo. Frente a estas necesidades de comprender el
mundo surgen dos corrientes filosóficas que dan respuesta a los
cuestionamientos de la humanidad.
RACIONALISMO
Platón (429-348 a.C.) fue uno de los
primeros filósofos racionalistas, aunque este dé cabida a los fenómenos y las
opiniones estas no son suficientes para un saber completo. Pero el racionalismo se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo
y científico francés del siglo XVII René Descartes (1596-1650), el cual creía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también
de la filosofía. Mantenía
que sólo por medio de
la razón se podían descubrir ciertos universales, verdades evidentes en sí, de las que es posible deducir el resto de
contenidos de la filosofía y de
las ciencias.
Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado
por otros filósofos europeos Malebranche (1638-1715),
Spinoza (1632-1677) y Leibniz (1646-1716). Se
opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David Hume, que
creían que todas las ideas procedían de los sentidos.
Características
fundamentales de la filosofía racionalista.
1.
Plena confianza en la razón humana
Los
filósofos racionalistas le otorgan un valor extremo a la razón entendida como
la única facultad susceptible de alcanzar la verdad. Sólo tienen validez
científica aquellos conocimientos derivados de la razón con independencia de la
experiencia.
2.
Existencia de ideas innatas
Siguiendo
la tradición abierta por Platón, para el cual el conocimiento verdadero podía
ser alcanzado a través del recuerdo, al estar las Ideas de algún modo
"presentes" en el alma humana, los racionalistas afirman que la
conciencia posee ciertos contenidos o ideas en las que se encuentra asentada la
verdad. La mente humana no es un receptáculo vacío, ni una "tabla
rasa" como defendieron los empiristas, sino que posee naturalmente un
número determinado de ideas innatas o naturalezas simples (como las denomina
Descartes) a partir de las cuales se vertebra y fundamenta deductivamente todo
el edificio del conocimiento. La característica fundamental de tales ideas es
su simplicidad, claridad y distinción, es decir, la evidencia. En Descartes las
ideas innatas y en particular la idea de Dios garantizan y son los pilares
desde los que reconstruir con plena certeza todos los saberes, desde la física
hasta la metafísica.
3.
Adopción de un método de carácter matemático
Todos los
racionalistas tomaron como modelo el método utilizado por la matemática y la
geometría. La utilidad del método estriba no sólo en escapar del error, sino
que persigue una intención clara: la unificación de las ciencias e incluso la
creación de una ciencia cierta de carácter universal que pudiera utilizar un
lenguaje simbólico matemático con el que analizar y reducir a lo simple (y
cierto) toda proposición compleja de la ciencia, incluida la filosofía y la
moral.
4.
Metafísica basada en la idea de substancia
Por
substancia entienden los racionalistas "aquello que existe de tal manera
que no necesita de ninguna otra cosa para existir" (Descartes). Ahora
bien, no todos estos filósofos admitieron el mismo número de ellas ni le
otorgaron las mismas características. Descartes afirmó la existencia de tres
substancias distintas (res infinita o Dios, res cogitans o pensamiento y res
extensa o substancias corpóreas), lo cual le condujo al establecimiento de un
acusado dualismo que escindió la realidad en dos ámbitos heterogéneos (lo
corporal o material y lo espiritual) irreconciliables entre sí y regidos por
leyes absolutamente divergentes (leyes mecánicas para el mundo físico).
5. El
mecanicismo
Aunque no
fue adoptado por todos los racionalistas (Leibniz, por ejemplo), el mecanicismo
fue el paradigma científico predilecto para la mayoría de ellos. Según éste, el
mundo es concebido como una máquina, despojada de toda finalidad o causalidad
que vaya más allá de la pura eficiencia: todo se explica por choques de materia
en el espacio (lleno) y no existen fuerzas ocultas o acciones "a distancia".
El mundo es como un gigante mecanismo cuantitativamente analizable.
6.
Aspiración a una ciencia o filosofía universal y racional.
Por ello
válida y definitiva para todo hombre y todos los aspectos de la realidad,
haciendo al hombre dominador de la naturaleza.
EMPIRISMO
El
empirismo es una corriente filosófica opuesta al racionalismo que
surge en Inglaterra en el siglo XVII y que se extiende durante el siglo XVIII y
cuyos máximos representantes son J.
Locke (1632-1704), J. Berkeley (1685-1753) y D. Hume (1711-1776).
En un
sentido bastante general, se denomina empirismo
a toda teoría que considere que la experiencia es el origen del
conocimiento, pero no su límite. Esta postura ha sido mantenida por numerosos
filósofos, como por ejemplo, Aristóteles (384-322 a.C.), Epicuro (341-272
a.C.), los estoicos (S.IV a. C. - S.II d.C.), Tomás de Aquino (1224-1274) y
Ockham (1295-1350). Sin embargo, en un sentido estricto, el empirismo
propiamente dicho hace relación a las teorías filosóficas creadas por las
corrientes antes mencionadas.
Tras el
siglo XVII su influencia se deja notar tanto en el campo de la filosofía
política como en el de la teoría del conocimiento. En el primero, el
liberalismo de Locke influye en los ilustrados alentando los principios de las
revoluciones americana y francesa; su división de poderes influirá en
Motesquieu y su principio de igualdad impulsará el reconocimiento paulatino de los
Derechos Humanos. En teoría del conocimiento o epistemología, las ideas de Hume
influirán en Kant, el empirismo en general influirá en el positivismo del siglo
XIX y en el neopositivismo o positivismo lógico y la filosofía del lenguaje del
siglo XX.
Los
caracteres fundamentales del empirismo podrían resumirse en las siguientes
tesis.
1.
Subjetivismo del conocimiento.
En este
punto, empiristas y racionalistas coinciden al afirmar que, para conocer el
mundo se ha de partir del propio sujeto, no de la realidad en sí. La mente no
puede conocer las cosas más que a partir de las ideas que tiene sobre ellas.
Por lo
tanto, si lo primero en el orden del conocimiento son las ideas, éstas habrán
de tener un origen distinto a la propia mente (tesis racionalista). Su validez
objetiva le vendrá de las cosas mismas.
2. La
experiencia como única fuente del conocimiento.
El origen
del conocimiento es la experiencia, entendiendo por ella la percepción de los
objetos sensibles externos (las cosas) y las operaciones internas de la mente
(emociones, sensaciones, etc.). Así pues, para los empiristas, el único
criterio de verdad es la experiencia sensible.
3.
Negación de las ideas innatas de los racionalistas.
Si todo
conocimiento ha de provenir de la experiencia esto supone que habrá de ser
adquirido. La mente no posee contenido alguno (ideas innatas), sino que es como
una "tabla rasa", un receptáculo vacío que debe "llenarse"
a partir de la experiencia y el aprendizaje.
4. El
conocimiento humano es limitado: la experiencia es su límite.
Esta
postura es radicalmente opuesta a la de los racionalistas, para los que la
razón, utilizando un método adecuado, no tiene límites y podría llegar a
conocerlo todo. Los empiristas restringen la capacidad de la mente humana: la
experiencia es su límite, y más allá de ella no es lícito ir si no queremos
caer en el error, atribuyéndole a todo lo que no ha sido
"experimentado" una realidad y existencia objetiva.
5.
Negación del valor objetivo de los conceptos universales.
Los
empiristas aceptarán el postulado nominalista de que los conceptos universales
no hacen referencia a ninguna realidad en sí (objetiva), sino que son meros
nombres que designan a un conjunto de ideas particulares o
"percepciones" simples que se encuentran vinculadas entre sí.
Cualquier idea compleja ha de ser explicada por combinación y mezcla de ideas
simples. Los universales o conceptos generales son sólo designaciones de estas
combinaciones más o menos "estables" de ideas simples.
6. El
método experimental y la ciencia empírica.
El
interés por hallar un método adecuado para dirigir el pensamiento fue uno de
los intereses principales tanto del racionalismo como del empirismo. La
diferencia entre ambos estriba en que, si para los racionalistas el modelo
ideal de método era matemático y deductivo, para los empiristas debía ser
experimental e inductivo, similar al que utilizó Newton en
el campo de la física, y que tan excelentes resultados había dado.
La
ciencia no puede basarse en hipótesis o presupuestos no contrastados con la
experiencia. La validez
de las teorías científicas depende de su verificación empírica. Salvo en las matemáticas, que no
versan sobre hechos, sino sobre nuestras propias ideas y sus leyes de
asociación, las ciencias de los fenómenos naturales (física, geografía,
biología, etc.) deben evitar cualquier supuesto u hipótesis metafísica, así
como rechazar el método matemático deductivo. El error cometido por los
racionalistas consistió en tratar de igual forma y bajo el mismo método a todas
las ciencias, sin distinguir si se referían a hechos de la experiencia
(cuestiones de hecho) o a un simple proceder de la mente (relaciones de ideas).
El
tiempo, no obstante, dio la razón a los empiristas, pues a partir del siglo
XVIII la física se independizó de la metafísica que, después de la crítica
kantiana, dejará de considerarse una ciencia.
La
filosofía empirista, pese a restringir el poder de la razón, sirvió de sana
autocrítica respecto a nuestros límites y posibilidades racionales.
7. Los
predicados como bueno o malo no se dan en la experiencia.
Conocemos
las cosas y sus cualidades físicas pero las cualidades morales o estéticas no
pueden percibirse, no tienen valor cognoscitivo sino que la guía para la vida
humana es el sentimiento.