jueves, 29 de octubre de 2015

Factores Protectores

Factores protectores

Entre los factores protectores del bienestar psicológico se pueden destacar: el desarrollo de un proyecto de vida, el desarrollo y activación de redes sociales y el desarrollo de habilidades sociales. Los rituales tienen además un rol de importancia para una buena autoestima.

Pensar y visualizar el proyecto de vida: Es una de las principales tareas de desarrollo que enfrenta el adolescente. Implica atreverse a imaginar lo que se desea lograr en la propia vida y analizar las posibilidades y acciones concretas para conseguirlo. Implica considerar la realidad en que se vive, los recursos personales y sociales con que se cuenta y las dificultades que se presentan y pueden presentar, para llevar a cabo el proyecto vital. El temor a no ser capaz y la idea de que a pesar de los esfuerzos desplegados resulta imposible lograrlo, son algunos de los factores que hacen que un joven no proyecte su vida y que se rinda frente a las circunstancias que lo limitan. Muchas veces los adolescentes tienen la sensación de que la vida es algo que les ocurre, que depende de decisiones tomadas por otros. Es importante como factor protector, desarrollar la idea de ser actor y no espectador de la propia vida. Por otra parte, visualizar las consecuencias que pueden tener los propios comportamientos, y la capacidad de anticipar los resultados positivos y negativos que derivan de los estilos de vida adoptados, son factores importantes para desarrollar o recuperar la sensación de control sobre la propia vida. Si bien no se puede elegir ni manejar todos los aspectos de la vida, sí es posible tomar opciones, elegir caminos, adoptar estilos de vida más o menos saludables. Los estilos de vida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se definen como patrones de conducta individuales o grupales sostenidos durante un plazo relativamente prolongado, los que están condicionados por valores, creencias, actitudes, hábitos conocimientos y condiciones socioeconómicas del grupo de referencia, y que directa o indirectamente condicionan la conducta personal. El estilo de vida tiene por tanto varios componentes:
• El componente material: comprende los elementos tecnológicos producidos por el medio para adaptarse de manera adecuada al medio ambiente (por ejemplo: vivienda, vestuario, hábitos alimenticios).
• El componente social, caracterizado por las redes sociales y las agrupaciones formales de la sociedad.
• El componente ideológico que incluye los valores y creencias compartidos por los integrantes del grupo social que generan en el individuo expectativas y conductas específicas en todos los ámbitos. La familia y la escuela pueden cumplir un importante rol dando confianza a los jóvenes y las jóvenes para imaginar su futuro y atreverse a trabajar para lograr lo que quieren.

Desarrollar y activar redes sociales: La red social personal está formada por la familia cercana, los amigos, los vecinos, los compañeros de estudio y/o trabajo, el personal de las instituciones a las que se acude y los conocidos. El efecto protector de las redes sociales se relaciona con las funciones de apoyo emocional, contención de emociones negativas, apoyo instrumental, apoyo en situación de crisis, información y regulación de los comportamientos de riesgo o inadecuados que ellas brindan. Las personas aisladas, aquellas que no tienen contacto habitual con sus familiares, amigos o conocidos, son mucho más vulnerables frente a situaciones adversas o crisis vitales. Es por tanto importante desarrollar y activar las redes sociales, para amortiguar el efecto de los factores de riesgo.

Desarrollar ciertas habilidades sociales: Se entiende por habilidades sociales, capacidades específicas que componen la conducta social y que son necesarias para asegurar que ésta sea exitosa y aceptada socialmente. La Organización Mundial de la Salud destaca algunas de ellas y las denomina “habilidades para vivir”. Son habilidades sociales relevantes:
• La habilidad para tomar la perspectiva del otro.
• La habilidad para percibir las normas que prevalecen en el medio social y para actuar en función de ellas.
• La capacidad de tomar contacto con las propias sensaciones y emociones.
• La capacidad de autocontrol.
• La capacidad de anticipar las consecuencias de la propia conducta.
• La habilidad de comunicarse en forma efectiva.
• La capacidad de resolver conflictos positivamente.
• La capacidad de enfrentar y resolver problemas.

La autoestima: Es la imagen y valoración que cada persona tiene de sí misma. Se refiere a diferentes aspectos como el aspecto físico, el académico y/o laboral y las relaciones sociales. Una persona con buena autoestima, con confianza en sí misma es menos vulnerable a las adversidades de la vida, o a los factores de riesgo. La creación de ambientes que favorecen la resolución exitosa de problemas, el señalamiento de los errores valorándolos como oportunidades de aprendizaje, el apoyo frente a las dificultades, ayudan a la formación de una autoestima saludable. El señalamiento permanente de los errores y la crítica negativa habitualmente disminuyen la confianza en sí mismo. Uno de los factores que más se ha relacionado con la capacidad de recuperación de las personas que han vivido situaciones adversas es la existencia de por lo menos un adulto significativo que haya tenido confianza en ellos. El sentir que los padres, los profesores, los amigos confían es fortalecedor de la autoestima. Esto resalta la importancia de desarrollar y cuidar contextos familiares, escolares, sociales, acogedores y apoyadores.


Los rituales: Son comportamientos simbólicos que desarrollan los distintos grupos sociales para enfrentar situaciones clave y críticas en la vida de las personas. Se relacionan con eventos importantes como el nacimiento, el matrimonio, la muerte, y ayudan a enfrentar estos sucesos, facilitando su elaboración psicológica y su integración al curso histórico del grupo familiar y social. Cada cultura tiene sus propios rituales, y también cada grupo social o familia. El contexto escolar tiene sus propios rituales como son el inicio y el fin de la escolaridad, las premiaciones, la incorporación de alumnos nuevos y la despedida de los que tienen que partir. Los rituales, además de ayudar a la elaboración de momentos y situaciones críticas forman parte de la identidad de las personas y de los grupos sociales. El respeto de ciertos rituales sociales y/o familiares actúa como factor protector. Así, por ejemplo, y contrariamente a lo que a veces se piensa, la preparación y participación en el funeral de un ser querido ayuda a elaborar el desgarro que puede significar su partida.

viernes, 23 de octubre de 2015

Falacias de Insuficiencia o Falso Supuesto

Falacias de insuficiencia
Este tipo de falacia es debido a que son ocultas (o implícitas) premisas que no son probadas o que son falsas.

Generalización o conclusión apresurada
“Las manzanas que están encima de la caja se ven bien, así que todas deben de estar bien”.
“He conocido un par de artistas y todos sufren de depresión aguda. ¡Todos los artistas son locos!”
“Conocí a un escritor que dio una conferencia muy interesante. Me imagino que todos los escritores deben ser muy buenos conferencistas”.
En el último ejemplo, el hablante claramente comete el error de apresurarse a concluir que una habilidad que ha observado en un escritor (ser un buen conferencista) debiera estar presente en todos los escritores. Sin embargo, se trata de habilidades diferentes. Es razonable pensar que un buen escritor pueda tener dificultades para expresarse oralmente en público o que resulte muy aburrido como conferencista. A partir de la observación de que en una persona estas dos habilidades diferentes se presentan asociadas, ha dado por supuesto que necesariamente tiene que ocurrir lo mismo en todas las personas. Al hacer esta suposición implícita, el hablante ha cometido la falacia de “generalización apresurada”.

Falso dilema
Uso ilegitimo de operador “o”: se da un número limitado de opciones (generalmente dos), cuando en realidad hay más. En otras palabras, es un tipo de simplificación que reduce varias alternativas a una oposición binaria.
“Estás conmigo o contra mí”.
“¡O pones buena cara o te vas de la casa!”.

Causa falsa
Puede confundir la causa con el efecto o invocar como causa de un acontecimiento otro acontecimiento por el mero hecho de ser anterior o simultáneo.
“Aparece el arcoíris e inmediatamente a continuación cesa la lluvia. Por lo tanto el arcoíris es causa de que cesa la lluvia”.
“Se tomó una copa de coñac y curó su resfriado. Por lo tanto, el coñac cura los resfríos”.
“Me parece que este doctor no debe ser un buen cirujano, porque se le han muerto tres pacientes”.
En este último ejemplo, el hablante da por supuesto que la causa de la muerte de los pacientes es el mal desempeño del cirujano. Sin embargo, un observador razonable se dará cuenta de que puede haber muchas otras causas que expliquen estas muertes. Por ejemplo, que los pacientes hayan llegado a la operación cuando ya no había mucho que hacer o que hayan tenido una enfermedad irreversible, o que el médico no haya dispuesto del instrumental apropiado, o que se haya visto sobrepasado por un número excesivo de pacientes. El hablante ha cometido la falacia de “causa falsa” al suponer implícitamente que la única causa posible de la muerte de los pacientes es el mal desempeño del médico y pasar por alto otros factores causales relevantes.

Falsa analogía
Consiste en atribuir una propiedad a un objeto sólo por el hecho de que se asemeja a otro que efectivamente posee dicha propiedad.
“Las computadoras resuelven problemas rápidamente. Luego, las computadoras piensan”.
“No se puede enseñar a los niños a no tomar el dinero de otras personas, si el gobierno lo hace a cada momento con los impuestos”.
“Si los ingenieros pueden consultar sus libros y los médicos pueden consultar a sus colegas cuando tienen dudas, no entiendo por qué los estudiantes no podemos hacer lo mismo cuando tenemos dudas en un examen”.
En el último ejemplo, el hablante supone implícitamente que la situación de los estudiantes que dan examen es similar a la de los profesionales en el ejercicio de su profesión. Sin embargo, no ha considerado ciertos aspectos que muestran que, a pesar de las apariencias, son diferentes. Los profesionales no están dando examen para demostrar sus conocimientos. Eso ya lo hicieron cuando obtuvieron los títulos que acreditan su calidad profesional. En cambio, los estudiantes que dan un examen tienen que demostrar sus conocimientos sobre el tema que está siendo examinado. Esto es precisamente lo que se espera de ellos. Por otra parte, las dudas de los profesionales tienen que ver con casos extremos que no pueden ser resueltos con el conocimiento disponible. En cambio, en un examen se interroga precisamente por un conocimiento que todo estudiante debería poseer.


Al suponer implícitamente que las dos situaciones son similares y pasar por alto estas diferencias relevantes, el hablante comete la falacia de “falsa analogía”

martes, 13 de octubre de 2015

Falacias de Ambigüedad

Falacias de ambigüedad
En todas estas falacias la ambigüedad lingüística hace que la forma de un argumento parezca válida cuando no lo es. Son argumentos incorrectos porque contienen, por ejemplo, palabras que pueden ser comprendidas de diferentes maneras.

Equivocación o equívoco
El equívoco consiste en usar en un razonamiento una palabra con dos sentidos distintos aunque relacionados, sin advertir que la palabra se está usando con esos dos sentidos.
a) “El trabajo es obligación humana. La obra de arte es un trabajo. Luego, la obra de arte es una obligación humana”.
En este ejemplo el término “trabajo” se usa primero como ocupación y segundo como producción humana.
b) “Todo el mundo tiene algún Dios. Todos adoramos algo. Sino es el Dios de los cristianos, o de alguna otra religión, entonces es la Patria, la Familia, el perro o incluso el auto”.
En este ejemplo “adorar” se refiere primero a aquel que dice relación con el carácter divino de algo, y luego aquel que en uso corriente indica un gran cariño, respeto o admiración.

Anfibología
En esta falacia se produce la ambigüedad por una mala construcción de la frase (o la ambigüedad sintáctica) y no por la ambigüedad de las palabras que la componen.
a)             Papá: No te puedo comprar ese perro que quieres.
                Hijo: ¿Por qué, papá?
    Papá: Podría ser peligroso. Fíjate lo que dice el aviso del diario: “Vendo perro. Come     cualquier cosa y le encantan los   niños”.

En este ejemplo, la mala construcción gramatical del aviso del diario permite que se pueda entender de dos maneras diferentes: a) al perro le gusta jugar con los niños y b) al perro le gusta comerse a los niños.

b)         Todo hombre ama a una mujer
Sofía Loren es amada por los hombres
Todo hombre ama a Sofía Loren

Por lo que se refiere al argumento que habla del amor a la mujer, parece evidente que el significado más plausible de la oración presente en la primera de las premisas, estaría haciendo referencia a que todo hombre ama a una mujer distinta. A hora bien, ese significado se abandona después para concluir que todo hombre ama la misma mujer.

Énfasis o acento
A veces una palabra (o grupos de palabras) cambia de sentido según el énfasis con que se escriba o pronuncie. Por eso, por ejemplo, es ilegítimo citar un texto de otro autor y subrayar frases que no fueron subrayadas en el original; el subrayado es un énfasis y puede alterar radical mente lo que se intenta decir. A menudo el subrayado puede incluso hacer irónica la frase, dando a entender entonces exactamente lo contrario de lo que se pretendía.
a) “mi cuidadoso amigo”
b) “DEVALUACIÓN DEL PESO, Habría ocurrido de no aprobarse nuevos impuestos”.
c) “VIENE LA GUERRA NUCLEAR, Temen las autoridades”.
d) “El capitán estaba sobrio”.
e) “Es malo ser deshonesto en pruebas”.
f) “No pensé que nuestro primer beso fuera así”.
g) “Los estudiantes de filosofía en esta oportunidad se prepararon para el control”.

En estos casos, se puede cambiar el sentido de la frase según el énfasis que se le da a una determinada palabra.

Falacia de composición (falacia parte/todo)
Resulta de argumentar que los atributos de las partes son atributos del todo, o que lo que resulta cierto para los elementos de una clase, es también cierto para la totalidad de la clase.
a) “Es fácil rasgar una hoja de la Guía de Teléfonos. Por lo tanto, debe ser fácil rasgar la Guía de Teléfonos”.
En este ejemplo, lo que se afirma de una hoja de la Guía de Teléfonos (una parte), se afirma también de la Guía de Teléfonos (el todo).Es decir, se “compone” el todo a partir de sus partes y, por esta razón se confunden las propiedades de las partes con las propiedades del todo.
b) “El 3ro medio no es peor que los individuos que lo componen”.
c) “Las bombas convencionales hicieron más daño en la Segunda Guerra Mundial que las bombas atómicas, así que las bombas convencionales son más poderosas”.

Falacia división (falacia parte/todo)
Es el reverso de la falacia anterior ya que resulta de trasladar atributos del todo a una de las partes.
a) “Este rompecabezas es rectangular. Por lo tanto, todas sus piezas deben ser rectangulares”.
En este ejemplo se observa el error inverso al del ejemplo anterior: Las propiedades del todo se confunden con las propiedades de sus partes. En otras palabras, las propiedades del todo se “dividen” entre sus partes.
b) “Como el cerebro es capaz de ser consciente, cada neurona debe tener esa capacidad”.
c) “Es el mejor club de ajedrez que hemos visto en años, y lo mismo puede decirse de sus miembros”.