Falacias de insuficiencia
Este tipo de falacia es debido a que son ocultas (o implícitas) premisas
que no son probadas o que son falsas.
Generalización o
conclusión apresurada
“Las manzanas que están encima de la caja se ven bien, así que todas deben
de estar bien”.
“He conocido un par de artistas y todos sufren de depresión aguda. ¡Todos
los artistas son locos!”
“Conocí a un escritor que dio una conferencia muy interesante. Me imagino
que todos los escritores deben ser muy buenos conferencistas”.
En el último ejemplo, el hablante claramente comete el error de apresurarse
a concluir que una habilidad que ha observado en un escritor (ser un buen
conferencista) debiera estar presente en todos los escritores. Sin embargo, se trata
de habilidades diferentes. Es razonable pensar que un buen escritor pueda tener
dificultades para expresarse oralmente en público o que resulte muy aburrido
como conferencista. A partir de la observación de que en una persona estas dos habilidades
diferentes se presentan asociadas, ha dado por supuesto que necesariamente tiene
que ocurrir lo mismo en todas las personas. Al hacer esta suposición implícita,
el hablante ha cometido la falacia de “generalización apresurada”.
Falso dilema
Uso ilegitimo de operador “o”: se da un número limitado de opciones (generalmente
dos), cuando en realidad hay más. En otras palabras, es un tipo de simplificación
que reduce varias alternativas a una oposición binaria.
“Estás conmigo o contra mí”.
“¡O pones buena cara o te vas de la casa!”.
Causa falsa
Puede confundir la causa con el efecto o invocar como causa de un acontecimiento
otro acontecimiento por el mero hecho de ser anterior o simultáneo.
“Aparece el arcoíris e inmediatamente a continuación cesa la lluvia. Por lo
tanto el arcoíris es causa de que cesa la lluvia”.
“Se tomó una copa de coñac y curó su resfriado. Por lo tanto, el coñac cura
los resfríos”.
“Me parece que este doctor no debe ser un buen cirujano, porque se le han muerto
tres pacientes”.
En este último ejemplo, el hablante da por supuesto que la causa de la muerte
de los pacientes es el mal desempeño del cirujano. Sin embargo, un observador razonable
se dará cuenta de que puede haber muchas otras causas que expliquen estas muertes.
Por ejemplo, que los pacientes hayan llegado a la operación cuando ya no había
mucho que hacer o que hayan tenido una enfermedad irreversible, o que el médico
no haya dispuesto del instrumental apropiado, o que se haya visto sobrepasado
por un número excesivo de pacientes. El hablante ha cometido la falacia de “causa
falsa” al suponer implícitamente que la única causa posible de la muerte de los
pacientes es el mal desempeño del médico y pasar por alto otros factores causales
relevantes.
Falsa analogía
Consiste en atribuir una propiedad a un objeto sólo por el hecho de que se
asemeja a otro que efectivamente posee dicha propiedad.
“Las computadoras resuelven problemas rápidamente. Luego, las computadoras piensan”.
“No se puede enseñar a los niños a no tomar el dinero de otras personas, si
el gobierno lo hace a cada momento con los impuestos”.
“Si los ingenieros pueden consultar sus libros y los médicos pueden consultar
a sus colegas cuando tienen dudas, no entiendo por qué los estudiantes no podemos
hacer lo mismo cuando tenemos dudas en un examen”.
En el último ejemplo, el hablante supone implícitamente que la situación de
los estudiantes que dan examen
es similar a la de los profesionales en el ejercicio de su profesión. Sin
embargo, no ha considerado ciertos
aspectos que muestran que, a pesar de las apariencias, son diferentes. Los profesionales no están dando examen para demostrar sus
conocimientos. Eso ya lo hicieron cuando obtuvieron los títulos que acreditan
su calidad profesional. En cambio, los estudiantes que dan un examen tienen que
demostrar sus conocimientos sobre el tema que está siendo examinado. Esto es
precisamente lo que se espera de ellos. Por otra parte, las dudas de los profesionales
tienen que ver con casos extremos que no
pueden ser resueltos con el conocimiento disponible. En cambio, en un examen se
interroga precisamente por un conocimiento que todo estudiante debería poseer.
Al suponer implícitamente que las dos situaciones son similares y pasar por
alto estas diferencias relevantes, el hablante comete la falacia de “falsa
analogía”
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