viernes, 23 de octubre de 2015

Falacias de Insuficiencia o Falso Supuesto

Falacias de insuficiencia
Este tipo de falacia es debido a que son ocultas (o implícitas) premisas que no son probadas o que son falsas.

Generalización o conclusión apresurada
“Las manzanas que están encima de la caja se ven bien, así que todas deben de estar bien”.
“He conocido un par de artistas y todos sufren de depresión aguda. ¡Todos los artistas son locos!”
“Conocí a un escritor que dio una conferencia muy interesante. Me imagino que todos los escritores deben ser muy buenos conferencistas”.
En el último ejemplo, el hablante claramente comete el error de apresurarse a concluir que una habilidad que ha observado en un escritor (ser un buen conferencista) debiera estar presente en todos los escritores. Sin embargo, se trata de habilidades diferentes. Es razonable pensar que un buen escritor pueda tener dificultades para expresarse oralmente en público o que resulte muy aburrido como conferencista. A partir de la observación de que en una persona estas dos habilidades diferentes se presentan asociadas, ha dado por supuesto que necesariamente tiene que ocurrir lo mismo en todas las personas. Al hacer esta suposición implícita, el hablante ha cometido la falacia de “generalización apresurada”.

Falso dilema
Uso ilegitimo de operador “o”: se da un número limitado de opciones (generalmente dos), cuando en realidad hay más. En otras palabras, es un tipo de simplificación que reduce varias alternativas a una oposición binaria.
“Estás conmigo o contra mí”.
“¡O pones buena cara o te vas de la casa!”.

Causa falsa
Puede confundir la causa con el efecto o invocar como causa de un acontecimiento otro acontecimiento por el mero hecho de ser anterior o simultáneo.
“Aparece el arcoíris e inmediatamente a continuación cesa la lluvia. Por lo tanto el arcoíris es causa de que cesa la lluvia”.
“Se tomó una copa de coñac y curó su resfriado. Por lo tanto, el coñac cura los resfríos”.
“Me parece que este doctor no debe ser un buen cirujano, porque se le han muerto tres pacientes”.
En este último ejemplo, el hablante da por supuesto que la causa de la muerte de los pacientes es el mal desempeño del cirujano. Sin embargo, un observador razonable se dará cuenta de que puede haber muchas otras causas que expliquen estas muertes. Por ejemplo, que los pacientes hayan llegado a la operación cuando ya no había mucho que hacer o que hayan tenido una enfermedad irreversible, o que el médico no haya dispuesto del instrumental apropiado, o que se haya visto sobrepasado por un número excesivo de pacientes. El hablante ha cometido la falacia de “causa falsa” al suponer implícitamente que la única causa posible de la muerte de los pacientes es el mal desempeño del médico y pasar por alto otros factores causales relevantes.

Falsa analogía
Consiste en atribuir una propiedad a un objeto sólo por el hecho de que se asemeja a otro que efectivamente posee dicha propiedad.
“Las computadoras resuelven problemas rápidamente. Luego, las computadoras piensan”.
“No se puede enseñar a los niños a no tomar el dinero de otras personas, si el gobierno lo hace a cada momento con los impuestos”.
“Si los ingenieros pueden consultar sus libros y los médicos pueden consultar a sus colegas cuando tienen dudas, no entiendo por qué los estudiantes no podemos hacer lo mismo cuando tenemos dudas en un examen”.
En el último ejemplo, el hablante supone implícitamente que la situación de los estudiantes que dan examen es similar a la de los profesionales en el ejercicio de su profesión. Sin embargo, no ha considerado ciertos aspectos que muestran que, a pesar de las apariencias, son diferentes. Los profesionales no están dando examen para demostrar sus conocimientos. Eso ya lo hicieron cuando obtuvieron los títulos que acreditan su calidad profesional. En cambio, los estudiantes que dan un examen tienen que demostrar sus conocimientos sobre el tema que está siendo examinado. Esto es precisamente lo que se espera de ellos. Por otra parte, las dudas de los profesionales tienen que ver con casos extremos que no pueden ser resueltos con el conocimiento disponible. En cambio, en un examen se interroga precisamente por un conocimiento que todo estudiante debería poseer.


Al suponer implícitamente que las dos situaciones son similares y pasar por alto estas diferencias relevantes, el hablante comete la falacia de “falsa analogía”

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