martes, 13 de octubre de 2015

Falacias de Ambigüedad

Falacias de ambigüedad
En todas estas falacias la ambigüedad lingüística hace que la forma de un argumento parezca válida cuando no lo es. Son argumentos incorrectos porque contienen, por ejemplo, palabras que pueden ser comprendidas de diferentes maneras.

Equivocación o equívoco
El equívoco consiste en usar en un razonamiento una palabra con dos sentidos distintos aunque relacionados, sin advertir que la palabra se está usando con esos dos sentidos.
a) “El trabajo es obligación humana. La obra de arte es un trabajo. Luego, la obra de arte es una obligación humana”.
En este ejemplo el término “trabajo” se usa primero como ocupación y segundo como producción humana.
b) “Todo el mundo tiene algún Dios. Todos adoramos algo. Sino es el Dios de los cristianos, o de alguna otra religión, entonces es la Patria, la Familia, el perro o incluso el auto”.
En este ejemplo “adorar” se refiere primero a aquel que dice relación con el carácter divino de algo, y luego aquel que en uso corriente indica un gran cariño, respeto o admiración.

Anfibología
En esta falacia se produce la ambigüedad por una mala construcción de la frase (o la ambigüedad sintáctica) y no por la ambigüedad de las palabras que la componen.
a)             Papá: No te puedo comprar ese perro que quieres.
                Hijo: ¿Por qué, papá?
    Papá: Podría ser peligroso. Fíjate lo que dice el aviso del diario: “Vendo perro. Come     cualquier cosa y le encantan los   niños”.

En este ejemplo, la mala construcción gramatical del aviso del diario permite que se pueda entender de dos maneras diferentes: a) al perro le gusta jugar con los niños y b) al perro le gusta comerse a los niños.

b)         Todo hombre ama a una mujer
Sofía Loren es amada por los hombres
Todo hombre ama a Sofía Loren

Por lo que se refiere al argumento que habla del amor a la mujer, parece evidente que el significado más plausible de la oración presente en la primera de las premisas, estaría haciendo referencia a que todo hombre ama a una mujer distinta. A hora bien, ese significado se abandona después para concluir que todo hombre ama la misma mujer.

Énfasis o acento
A veces una palabra (o grupos de palabras) cambia de sentido según el énfasis con que se escriba o pronuncie. Por eso, por ejemplo, es ilegítimo citar un texto de otro autor y subrayar frases que no fueron subrayadas en el original; el subrayado es un énfasis y puede alterar radical mente lo que se intenta decir. A menudo el subrayado puede incluso hacer irónica la frase, dando a entender entonces exactamente lo contrario de lo que se pretendía.
a) “mi cuidadoso amigo”
b) “DEVALUACIÓN DEL PESO, Habría ocurrido de no aprobarse nuevos impuestos”.
c) “VIENE LA GUERRA NUCLEAR, Temen las autoridades”.
d) “El capitán estaba sobrio”.
e) “Es malo ser deshonesto en pruebas”.
f) “No pensé que nuestro primer beso fuera así”.
g) “Los estudiantes de filosofía en esta oportunidad se prepararon para el control”.

En estos casos, se puede cambiar el sentido de la frase según el énfasis que se le da a una determinada palabra.

Falacia de composición (falacia parte/todo)
Resulta de argumentar que los atributos de las partes son atributos del todo, o que lo que resulta cierto para los elementos de una clase, es también cierto para la totalidad de la clase.
a) “Es fácil rasgar una hoja de la Guía de Teléfonos. Por lo tanto, debe ser fácil rasgar la Guía de Teléfonos”.
En este ejemplo, lo que se afirma de una hoja de la Guía de Teléfonos (una parte), se afirma también de la Guía de Teléfonos (el todo).Es decir, se “compone” el todo a partir de sus partes y, por esta razón se confunden las propiedades de las partes con las propiedades del todo.
b) “El 3ro medio no es peor que los individuos que lo componen”.
c) “Las bombas convencionales hicieron más daño en la Segunda Guerra Mundial que las bombas atómicas, así que las bombas convencionales son más poderosas”.

Falacia división (falacia parte/todo)
Es el reverso de la falacia anterior ya que resulta de trasladar atributos del todo a una de las partes.
a) “Este rompecabezas es rectangular. Por lo tanto, todas sus piezas deben ser rectangulares”.
En este ejemplo se observa el error inverso al del ejemplo anterior: Las propiedades del todo se confunden con las propiedades de sus partes. En otras palabras, las propiedades del todo se “dividen” entre sus partes.
b) “Como el cerebro es capaz de ser consciente, cada neurona debe tener esa capacidad”.
c) “Es el mejor club de ajedrez que hemos visto en años, y lo mismo puede decirse de sus miembros”.


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